En 1963, un habitante de la ciudad turca de Derinkuyu (en la región de Capadocia, Anatolia central), decidió hacer reformas en su casa. Durante el transcurso de la obras, apareció una entrada a una galería subterránea que conducía a una habitación; esta habitación le llevó a otra, y ésta a otra y a otra y a otra. Por casualidad, había descubierto la ciudad subterránea de Derinkuyu.

Y no es la única: hay 36 abiertas al público y se calcula que podrían haber mas de 200 por toda la región. Los habitantes de la zona, aunque quizás no eran conscientes, ya sabían algo, pues es curioso que Derinkuyu quiera decir: “pozo profundo”…

La Ciudad Subterránea de Derinkuyu

De teorías hay para todos los gustos. Hay quién cree que se construyeron hace miles de años para protegerse de una guerra extraterrestre, otros que fue una cultura perdida y los que mas, que fueron construidas por los hititas hacia el año 1850 a. C. Se sabe que fueron utilizados por hititas, frigios, romanos, cristianos y hasta turcos selyúcidas. Los arqueólogos comenzaron a estudiar esta fascinante ciudad subterránea abandonada. Consiguieron llegar a los cuarenta metros de profundidad, aunque se cree que tiene un fondo de hasta 85 metros. Excavar un complejo subterráneo de tales dimensiones bajo tierra, fue posible gracias a la roca volcánica de la región, mucho más fácil de picar que por ejemplo, el granito. En la actualidad se han descubierto 20 niveles subterráneos.

Sólo pueden visitarse los ocho niveles superiores; los demás, están parcialmente obstruidos o reservados a los arqueólogos y antropólogos que estudian Derinkuyu. La ciudad fue utilizada como refugio por miles de personas que vivían en el subsuelo para protegerse de las frecuentes invasiones que sufrió Capadocia,en las diversas épocas de su ocupación y también por los primeros cristianos.

Derinkuyu tiene capacidad para 10.000 personas, y al no ser la única ciudad subterránea, quiere decir que ante una invasión, gran parte o incluso la totalidad de la población podía refugiarse en el subsuelo, dejando la superficie deshabitada por completo y cara de tontos a los invasores…. Se calcula que todas las ciudades subterráneas de la Capadocia a pleno rendimiento podrían albergar a un millón de personas. 

El interior es asombroso: las galerías subterráneas de Derinkuyu podían bloquearse en tres puntos estratégicos desplazando puertas circulares de piedra. Estas pesadas rocas que cerraban el pasillo impedían la entrada de los enemigos.

Tenían de 1 a 1,5 metros de altura, unos 50 centímetros de ancho y un peso de hasta 500 Kilos. Además, Derinkuyu tiene un túnel de casi 8 kilómetros de largo que conduce a otra ciudad subterránea de Capadocia, Kaymakli. De las ciudades subterráneas de esta zona hablaba el historiador griego Jenofonte. En su obra Anábasis explicaba que las personas que vivían en Anatolia habían excavado sus casas bajo tierra y vivían en alojamientos lo suficientemente grandes como para una familia, sus animales domésticos y los suministros de alimentos que almacenaban.

En los niveles recuperados se han localizado establos, comedores, una iglesia (de planta cruciforme de 20 por 9 metros, con un techo de más de tres metros de altura), cocinas (todavía ennegrecidas por el hollín de las hogueras que se encendían para cocinar), prensas para el vino y para el aceite, bodegas, tiendas de alimentación, una escuela, numerosas habitaciones y recintos familiarese, incluso, una taberna.